Como si de una carrera se tratase, no contra mi propia voluntad ni los 10km de calle ya conocidos, sino contra el tiempo, una vez mas. Tres dias serian lo supuestamente necesario para desvalijar mi ex-depto, armar el bolso, saludar a familia y amigos y partir. Pero la barrita del error tendria otro agregado mas. Con solo recordar la ardua tarea que me separaba del despegue, los nervios me vuelven a atacar.
Entre mudanza, limpieza, mate y mochila pasamos con Maria cuatro dias increiblemente agitados en suelo Argentino. Palabras de agradecimiento me faltarian para demostrar lo tanto que valoro el apoyo de mis amigos, de Maria, y de toda mi familia ahora y siempre.
Quizas se repitan fotografias, quizas hasta sea la misma ubicacion, pero dudo que haya pensado, aquella vez, que podria repetir la experiencia 15 años despues.
Voy por mas...
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