viernes, 13 de febrero de 2009

Maquinando lo inevitable

Necesito dejar de pensar, fluir por los momentos. No contar el tiempo restante o memorizar aquel que se fue. Aun asi no puedo evitar generar ideas, acciones, valores agregados a las cosas, como si por sí solas no tuvieran valor.

Luego de superar el reino de los ansiosos, me sumergi en el territorio de los otros. Leer desenfrenadamente historias posiblemente simil a las mias. Como si de ahi pudiera obtener un camino, sin creer que el mio propio no resurgira tal cual es. No lo puedo evitar. Sentirme acompañado por personajes que han transcurrido las mismas vivencias o si quiera uno que se intente asemejar.

Hoy tengo otra idea entre los espacios vacios de mis neuronas. En menos de media hora, imagine una accion fundamental. Creo que puedo cooperar con esto:

"Quiero aprovechar el viaje para llevarle algo a alguien desde muy lejos, y asi conectar a las personas, generar una sonrisa y revivir la confianza".

Pero me volvio a pasar lo mismo de siempre. Ya alguien penso en esto, ya alguien genero un sitio, alguien movilizo gente, corrio espacios, achico distancias.

En estos dias estare meditando si formalizar mi propuesta, o dejarla muerta en estas lineas de codigo. Si reventar las casillas de miles de contactos buscando alguna persona a la cual hacer sonreir, y aprender que puedo aportar mucho desde poco a aquellos que lo saben valorar.